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Historia
de Unas Trillizas
(Las SD45 de los Nacionales de México)
Por Ricardo F. Hernández Lecanda.
Dentro del período presidencial del Lic. José López Portillo, nuestro país sufrió una de las peores crisis económicas que se recuerden, lo que tuvo su impacto en diferentes sectores de la economía y desarrollo nacionales. Como ya lo he mencionado en un artículo precedente, en tiempos de López Portillo se dio el primer intento de “Reunificación Nacionalista” o más bien, “Concentración” de los ferrocarriles en México, cuyo interés principal era, el de dar completo control de las cinco diferentes empresas ferroviarias a una sola entidad, Ferrocarriles Nacionales de México. En 1978, tan solo el 3% del producto interno bruto de nuestro país, se dedicó a la “actualización y modernización” de los Ferrocarriles. Ni la Electro Motive Division de la General Motors ni la General Electric, quisieron negociar con un país que implicaba alto riesgo para sus créditos y así, Ferrocarriles Nacionales de México, se convertiría en una de las primeras empresas en Norte América en darle vigor y apoyo a nuevas opciones de fuerza motriz, “fuerza motriz remanufacturada”. Esto es, sin el apoyo con el que siempre contó México de parte de la EMD y la GE, se buscaron otras opciones más accesibles tanto en precio como en posibilidades. Empresas como “Paducah Built”, “Morrison-Knudsen”, “V.M.V.” e incluso, la filial “reacondicionadota” de fuerza motriz de la General Electric, GIMCO, fueron elegidas para la tarea y aceptaron el reto.
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Locomotoras
Demostradoras SD45, 4354, seguida de la
4352 y la 4353, acopladas a un par de unidades
del Norfolk & Western, en junio de 1967.
Poco después, formarían parte de la flota
del Ferrocarril Delaware & Hudson. (Fotografía
de H. Maywald Coll).
En una primera etapa, cientos de unidades General Electric, por cierto muy viejas y trabajadas, como las U30C, U33C, U30B ya del Norfolk & Western o Delawere & Hudson, o vetustas Alco C420 del Rock Island, o C628 del D&H o C424 del Canadian National, llegaron a México a prestar los últimos días de servicio, antes de ser chatarreadas. Incluso, locomotoras tan viejas como las U25B, todavía tuvieron cabida en nuestro roster. No era raro encontrar alguna U30C con los colores del Chicago & North Western (amarillo-verde) con las letras superpuestas en negro “NdeM”. O incluso, las interesantísimas U30B de “nariz alta” del Norfolk & Western, todavía en su casaca negra, tan solo con las letras en color plata de los “NdeM”. Todas estas locomotoras llegaron, aunque reparadas, en condiciones de desgaste muy avanzadas y algunas de ellas solo sirvieron por espacio de dos o tres años. Pero es que no había de donde más hechar mano. Muchas locomotoras "rescatadas" de la chatarra a las que se les exprimió hasta la última gota del jugo productivo que les quedaba. Esa epoca fue memorable por que, esa fuerza motríz llegó a México, supuestamente rentada, sin embargo y, ya lo sabian sus arrendarores, era para deshacerse de locomotoras que compraron por pocos dólares, para que mediante su arrendamiento, se pagara hasta tres veces su valor. Sin embargo para quienes recordamos esa época, fue una de verdad muy pintoresca. Tuvimos la oportunidad de ver locomotoras muy raras incluso en los Estados Unidos, en vivo y a todo color en nuestro país. Se nos hacía que nos "americanizabamos" y para algunos, incluso albergamos la esperanza de ver una que otra locomotora en los colores del Atchinson Topeka & Santa Fe, lo que nunca sucedió.
Pero basta ya de hablar de cientos de inmigrantes que formaron parte de los Nacionales de México, de los cuales no podré dejar de mencionar las majestuosas Alco PA1 primero, del Atchinson Topeka & Santa Fe, luego del Delawere & Hudson y por último, de los Nacionales de México para las , se adoptó la numeración que no dejaría mentir sobre su origen: DH-16, DH-17, DH-18 y DH-19. Pero esa, es otra historia. Bueno, haciendo a un lado esas gloriosas excepciones, dentro de los tesoros que nos legó el D&H, nadie pondría mucha atención hasta recientemente, de una terna de “gemas” que por su rareza, seguirán estando dentro de la mente de muchos ferrocarrileros y cientos de ferroaficionados. Me refiero a las SD45, que llegaron a México a finales de 1978, con los números DH-801, DH-802 y DH-803.
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Así
fueron decoradas las “Trillizas” a su llegada
al Delaware & Hudson. La DH-802 corre en
pareja con su hermana, la DH-803, en la
población de Kent, Ohio, el 7 de abril de
1968. (Fotografía Rodney Peterson).
Construidas en enero de 1966 por la Electro Motive de la General Motors, las locomotoras “demostradoras” (demostrators) numeradas 4352 y 4353, abandonaron la planta que las vio nacer La Grange, Illinois. En junio de ese mismo año, la tercera, la 4354 se les uniría en una campaña a lo largo de todos los Estados Unidos para promover este fabuloso modelo que por sus características era, hasta ese momento, la única locomotora Diesel-Eléctrica que pudiera desarrollar 3600 caballos de fuerza con un solo motor diesel. La EMD pudo lograrlo poniendo en su flamante y exitoso motor 645, la “friolera” de “20” cilindros en “V”.
Esta terna recorrió textualmente, “millones” de kilómetros a lo largo de las diferentes líneas ferroviarias de los Estados Unidos. Recorrieron todo el territorio y fueron huéspedes de ferrocarriles como el Atchinson Topeka & Santa Fe, Union Pacific y muchos otros más, que dieron oportunidad a estos “colosos” de demostrar lo que eran capaces de hacer. Sin embargo, esta es una historia que no se repite con mucha frecuencia y que hace que estas locomotoras sean únicas. Al concluir su “tour” en los Estados Unidos, el ferrocarril Delaware & Hudson, empresa siempre comprometida con su proveedor favorito, la American Locomotive Company (ALCO), abrió sus puertas a estas locomotoras, para convertirse en su destino final. Bueno, eso se pensaba sin embargo, su suerte cambiaría. Así, la 4354 se convertiría en la DH-801, la 4352 en la DH-802 y la 4353 en la DH-803. Números que se les asignarían, por lo menos para dos de ellas, por el resto de su existencia. A principios de los años 1970’s, en diferentes fechas, las tres locomotoras fueron rentadas al ferrocarril Eire Lakawana. Pero como “hijos pródigos” tendrían que regresar, en esa misma década, a su dueño, el Delaware & Hudson.
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Después
de un descarrilamiento en las inmediaciones
de la población de Old Forge, Pensylvannia,
la DH-802 es la primera en ser “encarrilada”,
una fría mañana de febrero de 1969. (Fotografía:
Colección de Henry Maywald).
Pero esto no sería por mucho tiempo, por que para finales de octubre, a principios de diciembre de 1978, las tres hermanas, viajarían juntas al Sur de la frontera, para enfrentar su destino final, los Ferrocarriles Nacionales de México.
A su llegada a México, todavía ostentaban el esquema de pintura del Eire Lakawana pero las líneas marrones de sus costados, ahora serían azules, cubiertas con la leyenda en letras amarillas “Delaware & Hudson”. Ahora, el diamante, también marrón de la nariz, sobresalía en azul con las hermosas iniciales de su heráldica, “D & H”.
Como sucedió en esa época de crisis, muy pocas locomotoras tomaron los orgullosos colores de los Nacionales de México. En el caso de las “trillizas” solo la DH-801, los vestiría como “traje a la medida” la flamante vestimenta “Verde-Naranja”. Sería suerte o quien sabe, simplemente la suerte de las otras dos no sería la misma. Eso sí, ya en el “segundo proceso” de centralización de los ferrocarriles, realizado en tiempos del presidente Miguel De La Madrid, todas vestirían las casacas de azul “dos tonos” y naranja, demostrando sumisión y tributo al nuevo monarca de los ferrocarriles mexicanos, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Pero eso no es todo lo asombroso de estas locomotoras que estarían destinadas a compartir para siempre sus destinos. No, en México, serían los únicos exponentes realmente SD45 en todo el sistema. Esto lo menciono por que diez años después, en 1988, llegaría una oleada de SD45’s que estéticamente lucirían como tal, pero en su interior, serían SD40-2 (con motores 645 de 16 cilindros en “V”), reconstruidas por la “V.M.V. Paducah”. Sí me refiero a las 13065 a 13074. Díez locomotoras, las dos primeras (13065 y 13066) originarias del “Southern Railway”, las restantes, del Norfolk & Western. Por fuera lucían igual que sus más vetustas hermanas sin embargo, su capacidad era tan solo de 3000 caballos de fuerza, en lugar de los todavía asombrosos 3600 de las tres originales. Además, debido a su extraordinaria fuerza tractiva, algo entonces no visto (cuando se construyeron) para poder domar su brío, la EMD las equipó con un regulador de 14 posiciones. Esto es, en lugar de que sus reguladores estuvieran divididos en 8 puntos, o sea, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, su regulador marcaba las siguientes “muescas” 1, 1 ½, 2, 2 ½, 3, 3 ½, 4, 4 ½, 5, 5 ½, 6, 6 ½, 7, 7 ½, y 8.
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A
principios de los años 80’s, la 802 fue
rentada al ferrocarril “Eire Lakawana”,
quien la “repintó” en sus propios colores,
no obstante, conservó su número original
D&H. Aquí, en abril de 1973, la 802 ya se
encuentra de regreso con su dueño, el Delaware
& Hudson, sin embargo, no ha sido repintada.
La locación es el patio de Mechanicville,
en rumbo hacia Binhamton, New York. Nótese
el extraño lugar que ocupa el silbato, al
frente, en el extremo de la cabina. (Fotografía:
Frank Szachacz).
Así entonces las “tres hermanas” serían únicas entre muchas.
Pasaría el tiempo sin embargo, poco ya se podría hacer para mantener a las tres con vida y al parecer, en la actualidad, la única que ha seguido con la tradición a nombre de las tres, es precisamente la última en ser contraída y la primera en ser numerada, la DH-801.
Hoy, bajo sus ropajes de “Gris Confederado” ostenta los colores del dueño sucesor de su destino, Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), por fin, bajo un número distinto la “1200”. Como sucediera con sus antecesoras, las máquinas de vapor, ha sido asignada a servicios más benévolos, menos demandantes pero aún orgullosos, en los patios de Acámbaro. Y por ahí se escucha que se le asignará un nuevo hogar, los patios de Monterrey.
Ojalá y así sea y que como tributo a una estirpe desaparecida, le prolonguen la vida, como honroso tributo, a esta locomotora que es “única” y que ahora sola, es la superviviente de “Las Trillizas”.
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La DH-801 a su llegada a México. Aquí descansa antes de ser asignada a un directo San Luis Potosí-Valle de México. Obsérvese como el silbato se encuentra en el extremo superior derecho de la cabina, muy al estilo de su hermana, la 802, en los colores del Eire Lakawana. Además, es importante notar los cilindros de freno en los Trucks. Ya no están debajo del bastidor del truck, en medio de las ruedas sino que ahora, el sistema ha sido cambiado a uno de “retrancas” superiores y los cilindros ubicados en la parte superior externa de los mismos bastidores. Como también se aprecia, el “caballaje” anotado en la cabina es de 3000 h.p., algo muy común en los Nacionales de México cuando las locomotoras no pasaban por su período normal de mantenimiento y perdían potencia. (Fotografía: Ferrocarriles Nacionales de México, Colección Ricardo F. Hernández Lecanda.)
Es necesario mencionar que el futuro de las SD45 en los Estados Unidos es ciertamente pródigo. En la actualidad, el Winsconsin Railway tiene una flota muy importante de locomotoras, siendo bastión importante de su fuerza motríz, la colección tal vez más grande de SD45 en ferrocarril alguno. Cuando la SD40-2 salió al mercado, muchos ferrocarriles prefirieron a esta locomotora sobre la SD45 por una razón muy sencilla, los cuatro cilindros adicionales del motor 645 de las SD45 no justificaban los 600 caballos de fuerza adicionales y menos, los costos que cuatro cilindros más significaban en el mantenimiento de dichas locomotoras. Pero eso no fue todo. Incluso muchos ferrocarriles se deshicieron de ellas por un grave problema detectado a mediados de su vida útil, que después fueron solucionados, tal vez, demasiado tarde.
En efecto, no solo eran cuatro cilindros más, era un cigüeñal más largo que en condiciones críticas, cuando el motor diesel era sometido a grán esfuerzo, simplemente se fracturaba y desintegraba. Ciertamente que fueron "inolvidables" experiencias para los máquinistas que tuvieron que soportar y afrontar esta situación. Aparentemente, el problema se solucionó incrementando en "dos" adicionales puntos de "apoyo" del cigüeñal. Así, los claros del cigüeñal entre pistones, se "recortaba" notablemente, incrementando su resistencia. Seguramente que esto tomó tiempo, pero al fin se solucionó y esto auguró para esos impresionantes 645, una vida más longeva.
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Vistiendo los ya “gloriosos” colores Verde-Naranja de los Nacionales de México, la 801, sería la única de las trillizas en lucir esta bellísima indumentaria que sin duda, sentaría perfecta para la 802 y la 803. Como se nota en forma más patente, los cilindros de los frenos han sido ubicados en la parte superior externa de los bastidores de los trucks. Ya han sido tres sus dueños pero todavía tiene vida por delante para dar. Aquí, poco después de la navidad de 1988, en Monterrey, Nuevo León, a donde seguramente dentro de poco, regresará. (Fotografía: John C. Benson @ 1988).
Adicionalmente, la General Electric ofrecía en sus nuevos modelos, como la U36C, el mismo caballaje, con cuatro cilindros menos en sus rediseñados FDL-16. Muchos ferrocarriles se decidieron a tomar la alternativa, cambiaron a la opción que la General Electric ofrecía. El mismo caballaje, más barato, menos complicado y disponible de inmediato. Parecería que sería el final de la SD45 pero, lejos estaba esto de suceder. De hecho, la calidad siempre superior de la EMD, ha hecho que este modelo, originado en 1966, siga aún vigente y revitalizado por muchos años más. A diferencia, muy pocas U36C incluso, C30-7, con muchos menos años, siguen con vida. Lo mismo pretendió Alco con sus modelos C-636 o su heredera M-636. Las que corrieron con la misma suerte que sus primas de la General Electric.
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Algunos años después, en el Valle de México, la 801 sigue prestando sus inagotables servicios ahora, en un directo con destino a Monterrey. Acoplada con otras C30-7, luce su vestimenta “Azul Dos tonos-Naranja”, colores que denotan al nuevo operador de Ferrocarriles Nacionales de México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Nótese como las locomotoras descansan en el “Patio de Despacho” del Valle de México, debajo de la “Catenaria” donde también salen trenes remolcados por potentes y silenciosas locomotoras eléctricas E60C, de 6000 caballos de fuerza. (Fotografía: Edgar Romero Roldán 1997.)
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Esta
sección la quiero dedicar a muchos ferroaficionados
quienes sin su acervo filmográfico, no hubiese
podido realizar. Varios de ellos son extranjeros
y es que, sabían lo que los Estados Unidos
habían perdido y, viajaron al Sur de la
frontera para rendir un último tributo a
estos especimenes que son únicos. Sin embargo,
ferroaficionados mexicanos que tienen ese
mismo concepto y esa agudeza visual, así
como su compromiso con la historia, hicieron
posibles algunas de las fotografías que
aquí se muestran. Los autores o dueños de
dichas fotografías, aparecen en las descripciones.
A ellos no solo el mío sino, el agradecimiento
de cientos de ferroaficionados que ahora
pueden atesorar en su memoria, momentos
gloriosos de estas tres locomotoras que
llegaron a México para quedarse y, para
servir hasta el último de sus días útiles.
Extiendo mi agradecimiento y el de los demás
ferroaficionados a todos esos ferrocarrileros
gracias a quienes, aún, por lo menos, la
801 sigue trabajando.
Reconocimientos: H. Maywall, Rodney Peterson, Frank Szachacz y por supuesto, John C. Benson.
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