Película "La Bestia Negra"

de Gabriel Soria.

 

Por Ricardo F. Hernández Lecanda.

 

En 1938, el Presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, decretó la Expropiación Petrolera, con lo que se permitiría a México, decidir directamente sobre la suerte de su petróleo y su industria.

 

El Presidente Cárdenas, consideró que una forma de afianzar y consolidar el futuro de México, sería hacernos dueños de nuestro propio petróleo. De esta suerte, los recursos generados por esta industria, se convertieron en una chispa detonadora determinante para el desarrollo no solo económico sino que también social de la Nación. Al establecer la riqueza petrolera como una que pertenece inherentemente a la Nación, surgía la obligación de que los recursos y riquezas generadas se aplicaran en forma directa al desarrollo social de México.

 

Fue entonces que un marcado nacionalismo caracterizó a México, el "Nacionalismo Cardenista". Bajo ese esquema, se pretendió que la gran mayoría de la gente y principalmente, la clase proletaria mexicana, aceptara con muy buenos ojos y "justificadamente" la “nacionalización del petróleo”, no solo como una fuente de riqueza que se traducía en el combustible necesario para el desarrollo industrial en México. También se pretendió establecer a la industria petrolera, como una fuente obligada de trabajo para todo el pueblo. Así, según la ideología cardenista, el petróleo no solo alimentaría calderas, motores, generadores y muchas maquinas, sino que además, se conv en una nueva fuente de esperanza a la clase proletaria mexicana, al brindarle un trabajo seguro, digno y altamente patriota.

 

En este marco, en el del acentuado patriotismo de apoyo al Presidente Cárdenas, la película “La Bestia Negra” queda como claro vestigio de la tendencia cinematográfica de la época, en perfecta concordancia y apoyo con las medidas nacionalistas, trazadas por Cárdenas. Sí, podemos considerar a esta cinta como una de tantas herramientas utilizadas por la propaganda del "Nacionalismo Cardenista", en vías de buscar la consolidación de una nación, que buscaba desesperadamente un rumbo de certeza política y desarrollo sostenible.

 

Sin embargo, muy poco o se recuerda o se sabe de “nacionalización” o “expropiación” de los Ferrocarriles Nacionales de México como tal, iniciada un año antes, con el decreto del “Acuerdo Presidencial de 23 de junio de 1937, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 24 de junio de 1937, que expropia, por causa de utilidad pública, los bienes pertenecientes a la empresa Ferrocarriles Nacionales de México, S.A”.


Si, poco menos de un año antes de ese histórico 18 de marzo de 1938, los ferrocarriles se convertían en los precursores de las expropiaciones nacionalistas de Cárdenas que logran su máxima expresión con la petrolera.

 

Y es lo que parece importante ya que en esta cinta, su productor y director, Gabriel Soria,  busca plasmar la forma idealista y justificada, una de varias máximas del nacionalismo cardenista. La fotografía quedó a cargo del célebre camarógrafo, Gabriel Figueroa y don Silvestre Revueltas da a conocer en esta película, el famoso “Himno Ferrocarrilero”, del cual es autor tanto en música como en letra.

 

Si me refiero directamente a la trama, tal vez muchos de ustedes puedan calificarla de una de mediocre a mala. Tal vez. Sin embargo, existen algunas escenas que presentan los ideales de la época y con ello, el orgullo de pertenecer a un gremio que definitivamente, como el petrolero, serían responsables en gran medida, del desarrollo económico y social de nuestro país.

 

Es a esas escenas a las que me quiero referir. Escenas en las que se pone muy en alto, el orgullo de ser ferrocarrilero, exaltando la importancia de su labor y lo altamente social de la misma.

 

Así, con el permiso del lector, me permitiré remitirme a un dialogo que creo, en parte, concentra ese misticismo y sentido nacionalista y patriota de la época.

 

La escena se desarrolla en la cabina de una locomotora 2-8-0 “Consolidada”, la 1505, una de las últimas en su tipo y de las más grandes, adquiridas por los Ferrocarriles Nacionales de México.


El maquinista, “Don Rodolfo” (interpretado de verdad que magistralmente por Don Fernando Soler), pregunta a su fogonero “Toño” (también excelentemente caracterizado por el yucateco Arturo de Córdova) el por que éste último se ha convertido en ferrocarrilero, siendo que proviene de una familia acaudalada, que no ve con buenos ojos que su hijo, sea un ferrocarrilero más.

 

Aquí el diálogo:


Maquinista: “Oye muchacho…………¿Qué te dio por meterte al riel?

 

Fogonero: “¿Queeeee?”

 

Maquinista: “Que ¿que te picó para querer vivir en la caseta de una máquina?”


Fogonero: “No se………..puede ser que debía hacer algo” “Ya estaba cansado de andar en los cafés de postín sin un centavo en el bolsillo,……….como toda la ronda de amigos…….flirteando con las niñas bien y suspirando por los tiempos de Don Porfirio, ………cuando disque todo el mundo era millonario”

 

Maquinista: “Sí pero………¿Qué fue lo que te hizo volverte……. ferrocarrilero?”

 

Fogonero: “Eso es lo que mi familia quisiera saber……….Están avergonzados de mí…….”


Maquinista: “¿Y tu lo estas?


Fogonero: “Mire Don Rodolfo………Si yo estuviera avergonzado,…..no estuviera aquí…….¿me entiende?......... De lo que sí me avergüenzo es de haber andado de vago, añorando lo que mi familia fue. Y de suerte que me metí en cuerpo y alma a lo que me pareció que es lo más grande que existe…………El Ferrocarril. Y, aquí me tiene,…….

 

Maquinista: “Tu familia está avergonzada de ti…¿hheee?”

 


Fogonero: “Hombre Don Rodolfo,……es que no se dan cuenta de que el mundo ha cambiado……..y de que México ha entrado al cambio. El de ahora, es un México nuevo que va adelante……..y yo lo sigo. No soy más que un fogonero ahora pero ayudo a hacer algo que representa mucho. Coopero al transporte de alimentos………..de maquinaria y…… y de todo. En esta máquina llevamos la civilización……..¿No le parece?”

 


Maquinista: “Así es muchacho……..Este es trabajo de hombres…….y la caseta de una máquina no es mala vivienda. Si el individuo realmente le tiene cariño a su máquina,………no necesita a nadie más. Ni mujer…..ni hijo, vaya……….ni un amigo. La máquina siempre es fiel cuando se le trata con cuidado. Aquí mi Negra y yo, ya vamos p’a diez años de andar juntos.

“Al verme, tal vez no lo creas,…….pero yo en un tiempo fui casado…..Ella me dejó. Se fue con……mi mejor amigo………..Después tuve un perro……….y un día, ……el perro también se escapó………Hasta el perico que tenía voló…dejándome solo………….Pero mi máquina no…………

 

Creo que las palabras salen sobrando y de alguna manera, su cometido lo logra haciendo sentir al espectador, una sensación de orgullo y patriotismo que pocas veces se logra de una forma tan convincente, inocente, sencilla y que le llega al pueblo. Creo que cualquiera que hubiese visto la película en aquellos entonces, saldría de la sala cinematográfica con el deseo inmediato de incorporarse al Ferrocarril para hacer del riel, su profesión.

 

Por otro lado, es necesario hacer mención que en las palabras de Don Rodolfo, se refleja esa relación tan intensa y única que se vivió durante esa época entre el ferrocarrilero y su profesión. El se refiere a su “Negra”, como su fiel e inseparable compañera, como su amiga y como una parte muy importante de él. Y en efecto, durante la Epoca del Vapor, las locomotoras eran asignadas a su tripulación por el resto de su existencia. Esto es que un maquinista y su fogonero siempre servirían con la misma máquina. Así, el mismo maquinista, fogonero y locomotora, bien podían servir en un tren carguero directo o un mixto, o un local. O sea, trenes diferentes pero la misma tercia. Y por supuesto, generalmente esas tercias eran asociadas a sus trenes correspondientes. Algo muy diferente sucedió con la llegada de las locomotoras diesel. Debido a su virtud de poder operar varias unidas en “múltiple”, operadas todas por la “maquina guía”, la asignación de locomotoras terminó. Ya el maquinista y su fogonero no tendrían más una locomotora asignada. Lo que sí les aseguró en cambio, fue el asignarles corridas, pero en cada una, con diferente locomotora.

 

Debido a lo antes mencionado, en la “Epoca del Vapor”, los maquinistas y sus fogoneros se esmeraban por tener a sus “Negras” relucientes, limpiecitas y cuidadas con mucho celo. Las conocían hasta el más mínimo detalle y eso les ayudaba a detectar a tiempo problemas y defectos. Y para darles un detalle más particular y personal, cada tripulación, le ponía a su “Negra” su silbato. Sí, el maquinista y su fogonero se “cooperaban” y hasta con monedas de oro (como Centenarios) mandaban a hacer sus propios silbatos. Dependiendo de la cantidad de oro y bronce que se incluía en la fundición, así como la entonación de las “flautas”, le daban a cada silbato un sonido muy particular y único. O sea que las “Negras” aún a la distancia, eran fácilmente identificadas por su muy singular “tono de voz”.

 


Por lo que se refiere al aspecto técnico, la locomotora utilizada como “estrella” es, como ya mencioné, una de las Consolidadas más grandes, que formaran parte del Roster de los Nacionales de México. La 1505.

 

Esta locomotora, era de la clase GR-39, construidas por la Alco-Baldwin Locomotive Works, entre 1909 y 1913. O sea que ya para esta película, esta “Negra”, como así se refiere Don Rodolfo a su máquina, era una verdadera veterana de entre 25 a 29 años de edad. Por cierto, fueron adquiridas por los Nacionales de México de “segunda mano”, ya que originalmente fueron fabricadas para el ferrocarril estadounidense, “Chicago & North Western, quienes las designaron clase “Z” o “Zulu”. Estas locomotoras se convirtieron en la fuerza motriz “Standard” o usual para muchos de los trenes de carga en la División Centro. Usualmente se les encontraba en grandes cantidades en los Talleres Generales de Aguascalientes. Es importante mencionar que de todas las Consolidadas, las GR-39 o de la serie 1500, son las más grandes.

 

Algo que llama sobre manera nuestra atención es que, como era usual en aquella época, en los costados, debajo del número de la locomotora, se incluía el tipo GR-39, así como expresado en “porcientos”, el número de libras de fuerza tractiva. En este caso, ordinariamente para las GR-39, el “porcentaje” que debía aparecer es 52%, lo que significaba que su fuerza tractiva era de 52,000 libras de empuje. Pero en la 1505, aparece algo muy raro y mucho muy llamativo, 47%. O sea que la 1505 contaba con cinco mil libras menos de empuje que lo normal en su clase. En este sentido, me permito mencionar una hipótesis de mi muy buen amigo, el Ing. Luis Jáuregui Zepeda, quien de pequeño trabajó en los Talleres Generales de Nonoalco. El me dijo, “Mira Ricardo, probablemente es por que el diámetro de la rodada de la locomotora se aumentó.” Y puede que tenga razón. En efecto, para quien no esté muy familiarizado con el tipo de diámetro de rodada y fuerza de arrastre, producto de una ecuación física, mientras más grande es la rodada de una locomotora, más se aumenta su velocidad, pero se disminuye su fuerza tractiva. Por el contrario, si su rodada es pequeña, su velocidad disminuye pero su fuerza de arrastre aumenta. Una ecuación inversamente proporcional entre velocidad y fuerza. Normalmente el diámetro de la rodada de una GR-43 era de 61 pulgadas. Y según se puede apreciar en la película, parecería que las motrices de esta Consolidada sean más grandes que lo normal. Asimismo, como parte de la información en los costados de la caseta, es el peso de la locomotora, expresado en toneladas métricas. Aquí sí, tanto la 1505 como el resto de sus hermanas, manifiesta un peso de 178 toneladas.

 


Por último, a esta Consolidada se le asignó un “tender” del tipo Vanderbilt. Este tender es característico ya que el mismo tiene forma cilíndrica, por lo que corresponde al depósito donde se conserva el agua. Por lo que se refiere al depósito de aceite, es semi-cilíndrico, con su parte superior cuadrada. Esto hace a este tipo de tenders muy particulares y desde mi punto de vista, muy atractivos y vistosos.


Otra de las locomotoras que aparecen en la cinta y que es de llamar la atención, es una locomotora del tipo “Hudson”, 4-6-4, a las cuales de cariño, después de la llegada de las Niágaras a México en 1946, les llamaron por su parecido, las “Niagaritas”. Estas máquinas llegaron precisamente en 1938 a México.


Su clase era la NR-1, que eran de la 2700 a la 2709 (diez en total). Fabricadas por Alco-Shen en 1938, como ya mencioné, contaban con las motrices (ruedas de tracción), más grandes de todo el roster de los Nacionales de México. Incluso, sus ruedas eran más grandes que las de las Niágaras. Medían 73 pulgadas de diámetro, mientras que las Niágaras tenían tan solo 70. Esto era por que dichas Hudsons fueron adquiridas para corridas de trenes de pasajeros, lo que les daba mucha velocidad pero no mucha fuerza de tracción para cargueros. Y ni más ni menos, en la película, la Hudson 2702, viene remolcando el famoso tren diurno número 10, de Guadalajara-México.


Por favor, quiero aclarara que nada tengo en contra de películas como la famosa “Viento Negro” catalogada dentro de las “100” mejores del Cine Nacional dentro de la Epoca de Oro, o por supuesto, la de “El Ultimo Túnel”. Ambas películas son una clara exaltación al trabajo y la profesión ferrocarrileros. Creo que con “Viento Negro” nos queda claro que una labor muy noble y de verdad “heroica”, fue la de la construcción de ferrocarriles. Pero lo que sucede es que estas películas se ven más por televisión. Son mucho más conocidas por que son más recientes. En cambio “La Bestia Negra” parece que entró en el olvido. Parece que a nadie le ha importado lo trascendente de esta cinta que yo si la consideraría, precursora de las que siguieron como Viento Negro o el Ultimo Túnel. Muy poca gente realmente conoce esta película y este artículo, es precisamente para eso, hacerle un justo reconocimiento a un documento fílmico que en realidad lo merece.


Esta escena es verdaderamente significativa ya que, la máquina parada entre Tula y Empalme Escobedo, provee de agua a las mujeres que se acercan. Don Rodolfo explica, “las mujeres se acercan para que La Negra les de agua. Y es que es tan seco por aquí que sin esa agua, no podrían lavar su ropa”.

 

Creo que perfectamente queda de manifiesto hasta en esta simple escena, la importantísima labor que desde entonces el ferrocarril desempeñaba. Incluso traía beneficios a quienes ni siquiera viajaban o transportaban algo por él. Y esta escena no es sacada de la imaginación. Miles de veces se repitió a lo largo del sistema ferroviario nacional. Hay que recordar que tanta gente dependía del ferrocarril para su diario subsistir. Incluso para compartir con miles de Negras, el vitalísimo líquido. Las locomotoras entonces, eran consideradas benditos oasis móviles y sus tripulantes, seres humanos que concientes de la necesidad, ayudaban a sus prójimos.


Mas adelante iré agregado algunos hechos y notas más pero por el momento, quiero dejar aquí el artículo que espero para muchos sea interesante y motivo de gusto y satisfacción.

 

Quiero agradecer sinceramente el apoyo recibido de Televisión Metropolitana S.A de C.V. Canal 22 de Televisión, ya que gracias a ellos, tengo en mi poder un ejemplar de dicha película de excelentísima calidad. Sin esto, nunca antes hubiese podido ver dicha cinta, lo que no me hubiera podido permitir hacer los comentarios que ahora hago, así como obtener fotos de las escenas que aquí se muestran. Especialmente mi agradecimiento a la Lic. Claudia D’Agostino, Directora de Producción; Lic. Eva Villarreal, Directora de Programación y Control y por supuesto a nuestro amigo, el Lic. Eduardo Nava, Gerente de Programación.

Como una adición, quiero aclarar que la locomotora "estrella" en esta película, la locomotora 1505, del tipo Consolidada "2-8-0", fue construida en diciembre de 1906 por la Bladwin Locomotive Works, con el número de serie 29631, para el Ferrocarril Internacional Mexicano, administrado por los Ferrocarriles Nacioinales de México, hostentantdo brevemente el número 124. Ya bajo la admistración del Ferrocarril Nacional Mexicano, hostentó el número 600 y se le asignó la clase G-39. En 1908, fue renumerada por el mismo Nacional Mexicano como la 744 para que en 1930, ya bajo la administración de los Ferrocarriles Nacionales de México, se le numerara como la 1478. Finalmente, adquirió el número con el que aparece en la película, mismo que hostentó hasta que fue retirada en mayo de 1958. (Adición hecha el 15 de marzo de 2009.)

 





|Bienvenida| |EMD F's| |EMS SD40 y SD40-2| | Electricas| |Nac. vs. Priv.| |Compromiso Social| |Luis Jáuregui| |Guad.-Mztlán.| |Aficionado| |GGG| |Trillizas| |Angel Zamarripa| |Modelismo| |Radio Frecuencias| |Fuerza Motriz FXE| |Silbatos Mexicanos| |FzaMtz Especial| |EMD G-16| |AC4400| |Bestia Negra| |PCC| |Fotos del Mes| |Manifiesto| |Texas Pacífico| |Editorial| |Contáctenos| |Tonelaje Ecuacionado|


 
Bienvenida

EMD F's

EMS SD40 y SD40-2

 Electricas

Nac. vs. Priv.

Compromiso Social

Luis Jáuregui

Guad.-Mztlán.

Aficionado

GGG

Trillizas

Angel Zamarripa

Modelismo

Radio Frecuencias

Fuerza Motriz FXE

Silbatos Mexicanos

FzaMtz Especial

EMD G-16

AC4400

Bestia Negra

PCC

Fotos del Mes

Manifiesto

Texas Pacífico

Editorial

Contáctenos

Tonelaje Ecuacionado

E-mail Me